En los últimos años el Chocolate ha encontrado un estigma negativo. Esto se originó desde que comenzaron las producciones en masa, interesadas por disminuir el costo de las materias primas. Así, la gran industrialización buscó sustituir la manteca de cacao con otro tipo de grasas y los sólidos de cacao con saborizantes artificiales. La conclusión fue obvia: la mayoría de los productos modernos sólo tienen un "sabor a chocolate".
Sin embargo, no sería justo culpar exclusivamente a las grandes empresas. Nosotros como consumidores rara vez leemos la información que aparece en los empaques. ¿Cuántos de nosotros nos hemos tomado el tiempo para ver la lista de ingredientes, la misma que aparece atrás de nuestro empaque, al momento de comprar un producto comercial o artesanal? La respuesta es desalentadora. Digo, también es cierto que la mayoría de los productos no aclaran cuál es el porcentaje utilizado de sólidos o de manteca de cacao, pero el consumidor nunca ha exigido claridad sobre los sabores que se producen en masa. Parece que sólo queremos consumir....
La barrera social de este fenómeno la podemos encontrar en un sin número de comerciales televisivos. "Todo en exceso es malo". Vivimos en un mundo en el que exigimos cigarrillos sin tabaco, café sin cafeína, sal sin sodio, pan sin gluten y dulces "light", pero no NOS exigimos el conocer realmente lo que estamos consumiendo. Sabemos que todo en exceso es malo, pero no sabemos qué es el exceso o en dónde empieza.
Nuestro interés está en el chocolate. Un chocolate producido artesanalmente, con valores bien definidos, va a tener "límites" diferentes a los de la producción industrial. Esto quiere decir que los contenidos de minerales y antioxidantes que hay dentro de un artículo dependen del proceso de elaboración. También es importante aclarar que incluso entre las variedades de cacao existe poca diferencia entre su contenido nutrimental (en cuanto a su sabor, la historia es otra). Todo depende de los tiempos de fermentación y de tostado, así como del método de molienda. Procesos que no siempre están estandarizados y que son particulares entre cada productor.
Sea como sea, los estudios realizados por instituciones de nutrición y cardiología recomiendan un consumo diario de 30g de chocolate obscuro amargo (por lo menos un 65% de sólidos de cacao), y entre 5 y 10 almendras de cacao. Ésta es la última medida estándar. El consumo excesivo depende de muchos factores individuales, pero no por eso debemos de prescindir de esa información. La búsqueda por un consumo responsable y un México más sano depende, entre otras cosas, de esto. El cambio está en cada uno de nosotros. El esfuerzo de CHEELZI es un granito de arena; necesitamos el de todas las personas.